- El llamado al pacto de la presidenta Dilma Rousseff no convence a manifestantes
Por: EFE
Las protestas de ayer perdieron intensidad con respecto a las registradas el jueves, cuando cerca de 1.2 millones de brasileños salieron a la calle en un centenar de ciudades para exigir mejores servicios públicos, condenar la corrupción y criticar los
Ni el pronunciamiento de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff el viernes sobre un pacto nacional para mejorar los servicios públicos, ni la reducción de tarifas del transporte en las mayores ciudades, que era la reivindicación inicial de los manifestantes, han convencido a los brasileños a cesar las movilizaciones que sacuden el país desde la semana pasada.
Las protestas continuaron ayer en unas veinte ciudades. La mayor manifestación congregó a cerca de 65,000 personas en Belo Horizonte para criticar el despilfarro de recursos y los supuestos desvíos en la construcción de los estadios exigidos por la FIFA para que Brasil organice el Mundial y la Copa Confederaciones, que comenzó la semana pasada.
Rousseff citó en su pronunciamiento de forma puntual sus propuestas para algunas de las reivindicaciones. Sobre la salud aseguró que su Gobierno “traerá de inmediato a millares de médicos del exterior para ampliar la atención”, y en cuanto a la educación dijo que insistirá ante el Congreso en la aprobación de un proyecto que destine el ciento por ciento de las regalías petroleras exclusivamente a este sector.
El mensaje de Rousseff fue bienvenido por políticos, analistas y prensa, aunque la oposición criticó la falta de concreción de las propuestas. El diario O Globo apoyó directamente el mensaje al afirmar que “abrió un positivo espacio de negociación (...). Estableció un horizonte para que el país salga de la crisis”. La FIFA también elogió el mensaje conciliador de la presidenta.
Por su parte, el senador opositor socialdemócrata Álvaro Días, citado por el sitio, G1, afirmó que fueron “palabras al viento”. “Fue una sucesión de obviedades vagas y sin consecuencias”, dijo José Agripino, presidente del partido conservador DEM, al diario Correio Braziliense.
Otras marchas
30,000
30,000 personas protestaron en Santa María contra la impunidad en que permanece el caso del incendio de una discoteca de esa ciudad que dejó 242 jóvenes muertos este año.
3,000 personas participaron en Brasilia, en la “Marcha de las Vagabundas”, organización que lucha contra la supuesta idea de que las mujeres son responsables por los abusos sexuales que sufren.
Los manifestantes fueron más críticos: “Nos trata de idiotas en cadena nacional”, escribió un internauta. Otro divulgó la imagen del rostro de un hombre que dormitaba: “La cara que ponemos al escuchar a Dilma”, decía la leyenda.
Las únicas manifestaciones de ayer que terminaron con incidentes fueron las de Belo Horizonte y Salvador. En la primera ciudad, la Policía utilizó bombas de gas lacrimógeno para dispersar a un grupo de manifestantes que insistía en marchar hacia el estadio Mineirao en el que México venció a Japón por 2-1. Los enfrentamientos a unos tres kilómetros del estadio dejaron doce heridos, entre ellos, cinco uniformados, un fotógrafo y un preso, según fuentes oficiales.
En Salvador se registraron enfrentamientos menos graves con manifestantes que querían acercarse al estadio Fonte Nova, en donde Brasil venció por 4-2 a Italia.
manifestantes en Sao Paulo, Brasilia y Goiania marcharon contra el proyecto de enmienda constitucional que le retira poderes de investigación al Ministerio Público, lo que consideran, es una iniciativa de legisladores corruptos para favorecer la impunidad.
Dilma Rousseff, presidenta de Brasil, el viernes en la noche.
La Prensa Nicaragua