Elecciones en Honduras: cierran las urnas para decidir al próximo presidente







Las elecciones de Honduras concluyeron este domingo tras una jornada en calma y con alta participación de votantes, pese a los temores de fraude y de brotes de violencia.
"Ha sido una fiesta histórica la que hemos vivo. La fiesta cívica ha sido en paz. Se cierra la votación", anunció el presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), David Matamoros, quien afirmó que la jornada tuvo "una participación enorme en todo el país".
La mayoría de los centros de votación hondureños abrieron sus puertas a las 7 del domingo (13 GMT) y cerraron una hora más tarde de lo previsto, a las 5 de la tarde, para lo que seguramente será una reñida elección entre la derecha y la izquierda, que amenazan con quebrar el centenario bipartidismo que ha gobernado este país, el segundo más pobre de América y el más violento del mundo.
Unos 5,4 millones de hondureños estaban llamados a elegir al relevo de Porfirio Lobo de entre ocho candidatos, con el derechista Juan Orlando Hernández, del gobernante Partido Nacional (PN), y la izquierdista Xiomara Castro, de Libertad de Refundación (Libre), de favoritos y en empate técnico, según la última encuesta.
"Estamos listos para un nuevo día, un nuevo amanecer. Al bipartidismo le quedan horas de vida", escribió Castro, esposa del derrocado presidente Manuel Zelaya y quien aspira a convertirse en la primera presidenta de Honduras, en su cuenta de Twitter.
Por más de medio siglo han gobernado, con los militares, el PN y el Partido Liberal (PL, derecha) -tercero en los sondeos-, pero esta es la primera vez que hay un choque frontal entre la derecha y la izquierda. "¿Quién dijo miedo? (...) Ya está cerca la victoria", dijo por su parte Hernández en la misma red social.
Los analistas pronostican un resultado cerrado, lo que ha hecho temer brotes de violencia y hasta fraude, aunque las autoridades electorales llamaron a vencer el miedo, en unos comicios vigilados por 800 observadores internacionales.
En estos comicios, bajo un sistema electoral sin segunda vuelta, también se elegirá a 128 diputados y 298 alcaldes para los próximos cuatro años
Honduras acude a estas elecciones con una sociedad polarizada y una fragilidad institucional heredados del golpe de Estado que militares, empresarios y políticos de derecha asestaron a Zelaya el 28 de junio de 2009 luego de que su gobierno, inicialmente del Partido Liberal, giró a la izquierda.
Con dos propuestas extremas, Castro pretende impulsar un "socialismo democrático a la hondureña", mientras Hernández, que aunque del mismo partido procuró zafarse de los fracasos de Lobo, continuaría el modelo neoliberal.
Segundo país más pobre de América después de Haití, Honduras tiene un 71% de sus 8,5 millones de habitantes en la pobreza y el subempleo alcanza niveles del 40%. El futuro presidente deberá enfrentar esta situación en un estado calamitoso de la economía, con un déficit fiscal del 6% y una elevada deuda pública.
Pero la gravedad de la pobreza quedó en el segundo plano ante los niveles alarmantes de la violencia del narcotráfico y las pandillas, que tienen al país con el triste récord mundial de homicidios, 85,5 por cada 100.000 habitantes.
La lucha contra el crimen centró entonces el debate electoral. Hernández promete combatir al crimen organizado con una fuerza de 5.000 policías militares, y Castro propone tener a los soldados en las fronteras en la lucha antidrogas y crear una policía comunitaria para enfrentar a las pandillas.
Vigilados a no menos de 100 metros por los soldados -según la ley-, los centros de votación, que albergan 16.000 mesas electorales, cerrarán a las 16.00 hora local (22.00 GMT) y podrán recibir por una hora más a electores en fila.
El Tribunal Supremo Electoral (TSE), que se ha visto cuestionado por dirigentes de Libre que lo señalan afín al partido en el poder, espera dar una primera proyección de resultados hacia las 19.00 locales (01.00 GMT del lunes).
Las autoridades electorales han llamado a los hondureños a votar masivamente para bajar el habitual 50% de abstencionismo.


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