(END) -Dotarse de valentía, no dar espacio al descuido, moverse como lince lampareado y con la seguridad de un león sobre la presa, esta vez, lo que vas a cotizar o comprar, son los consejos para poder entrar y salir ileso del monstruo llamado Mercado Oriental.
Estamos frente al centro comercial más grande de Centroamérica. Diariamente atrae a 100,000 visitantes. Para entrar ahí se debe esquivar bultos, llevar imaginariamente careta y armazón para amortiguar golpes de hombros, saltar para evitar mojarte en los charcos, y hacerte a un lado si no querés que el cargador con su carretón te pase llevando mientras grita: “¡Cuidado quemo!”.
¿Reclamar? Mejor evitar problemas. Mi recomendación para quien no ha puesto un pie en el Oriental, o al que no lo ha visitado en esta temporada, es que tenga “filosas” sus habilidades y las triplique para no ser absorbido por el frenesí en el laberinto de arterias del “monstruo”, que no tiene ninguna señalización.
De 100,000 a 350,000
Los comerciantes esperan que los 100,000 visitantes diarios se conviertan en 350,000 a partir de la primera semana de diciembre.
En la zona, Olman Díaz labora en una tienda de electrodomésticos. “Cuando comienzan a caer los aguinaldos en la empresa privada esto se pone mejor, y el movimiento empieza el 5 o el 6 de diciembre. ¿Que cuánto vale esa refrigeradora Premier? Sale a 6,200 a precio de docena, pero al detalle se le suben como 500 córdobas, dependiendo del cliente, a como se mire, así se le sube”.
Vestir camiseta
El bochorno por el clima, la aglomeración de gente y la buena caminata esquivando obstáculos, ya me tiene la camisa empapada en sudor. Una recomendación: es mejor ponerse una camiseta para la gira.
Así soy “captado” por una vendedora que a la par te va ofreciendo su mercadería en su tramo de ropa, donde una camisa puede costar al menos C$280. Isabel Vanegas, dijo llamarse. Asegura que el abordaje de la clientela es parte de la sicología que utilizan para sus ventas. Algo que casi siempre da resultado, aunque algunos se sienten hasta ofendidos cuando tratan de convencerlos de ir al tramo.
Más adelante, la comerciante Katty Díaz, quien con su carretón de comercio móvil espera con ansias este diciembre. “Quiero salir de la deuda por la promoción de primaria de mi hijo, y luego hay que pensar en uno que otro regalo para la familia. Después vienen la colegiatura y los cuadernos. Espero que las ventas se mejoren ahora”.
Un “danto” toma café
Entre los tramos estaba Santos Cristino Díaz, uno de los vigilantes de la Brigada Dantos del Oriental, coordinada por Carlos Barberena. Con tranquilidad se tomaba un café, vestido de negro, con boina y hasta con un chaleco protector, pero atento ante la delincuencia que busca hacer de las suyas. Él es parte de los grupos de seguridad privada de los tramos y de la clientela, manteniendo a raya a los “rateros”. Por eso uno no puede negarles aunque sea unas monedas cuando hacen su recolecta entre los tramos y la clientela.
Evitaron 40 robos el año pasado
En la zona de las tiendas de bisuterías y plásticos, vimos a otros con aspecto menos vistoso, en uniforme celeste y azul, pero igual de atentos al movimiento del mercado.
“Estamos coordinados con el plan de la Policía Nacional, y hay la orden de detener a cualquier sospechoso. La Policía se va a encargar de investigarlo. El año pasado en diciembre evitamos más de 40 robos”, comentó Ezequiel Lacayo, junto a David Antonio García, de las Águilas Negras, asegurando que son cinco las brigadas de vigilantes con unos 200 miembros. En esta temporada se suma la vigilancia policial en el sector, la cual es de 150 oficiales.
Tres zonas en dos horas
Dos de los puntos de mayor cuidado son la zona de El Novillo y las cercanías de la iglesia El Calvario.
Increíblemente, la pequeña gira me llevó por las tres zonas en que está dividido el Oriental, o sea, desde el Gancho de Caminos y la zona de los plásticos, entre pláticas y andar de “miranda”, preguntando precios en los tramos. Así se fueron casi dos horas en caminata.
Para ese momento estaba sediento, cansado, sudoroso, con dos adornitos de Navidad en la mano, y me percaté de que entre tanta gente ya me había perdido. Perdido en medio del monstruo que no perdona a nadie.
No se descuide
Además de cuidar su cartera en los tumultos de gente en el Mercado Oriental, revise bien su mercadería, pues en ocasiones lo barato puede salir muy caro.
Los precios
En un centro comercial, un par de zapatos Reebook o unos Adidas pueden costar C$1,650 lo más barato, y el precio más elevado llega a los C$2,250 o US$90. En cambio, en el Oriental el costo está entre los C$900, C$950 y C$1,200. En general, la diferencia de precios de productos en un comercio reconocido y los tramos del Oriental está entre el 20 y el 30%.
Edwin Germán Kathin Castillo, miembro de la Asociación de Comerciantes del Mercado Oriental, calcula que para el 24 de diciembre, a nivel nacional, se van fácilmente 600,000 libras de carne de pollo, y el 31 son 400,000 libras.